Cada inicio de año, existen distintas evaluaciones económicas por parte de especialistas respecto a cuáles serán los acontecimientos más importantes a lo largo del año y como podrían afectar a las empresas e individuos. Para el 2023, el panorama resulta complejo ya que existen diversos factores que han impedido una recuperación completa de las pérdidas monetarias sufridas a raíz del COVID 19 y que nos hacen pensar que este año además de ser muy complicado, va a requerir de una mejor planeación y ejecución para poder obtener los resultados deseados. A continuación, se detallan algunos de estos riesgos y el impacto que podrían llegar a tener.
Recesión Global
Las economías más importantes del mundo, entre las que destacan la de Estados Unidos, China y Gran Bretaña, empiezan a mostrar señales de desaceleración y nos hacen pensar que es inminente una recesión global para el 2023. Con la posible caída del Producto Interno Bruto de las economías más fuertes del mundo, el gasto disminuye considerablemente y los países que dependen de la exportación y explotación de materias primas suelen ser los más afectados. Además, derivado de las caídas en el ingreso, suele existir una tendencia por aumentar la deuda, lo que a su vez disminuirá los ingresos futuros por el pago de la misma. Sobra decir la dependencia que tiene México de la economía americana.
Presión Inflacionaria
Desde el año pasado, hemos sufrido un aumento generalizado de los precios que ha encarecido el costo de vida y obligado a los Bancos Centrales a aumentar las tasas de referencia. Este aumento generalizado del costo del dinero crea una disminución en la inversión y una caída en el crecimiento potencial de la economía. La política monetaria será aún más relevante este año ya que se tiene que buscar el equilibrio entre controlar la inflación, pero sin afectar tanto el crecimiento del país. El mandato principal del Banco de México es controlar la inflación, aunque sabemos que esto no siempre se ha seguido al pie de la letra y posiblemente exista la presión del gobierno por no elevar tanto las tasas. No perdamos de vista que aquí también Banxico depende en gran medida de las decisiones que va teniendo la FED en Estados Unidos.
Comportamiento del Tipo de Cambio
En lo que va del 2023, el tipo de cambio dólar-peso ha tocado niveles por debajo de los 18.60 que no se veían desde febrero 2020, antes de que se tomara la decisión de cerrar los negocios por el brote del COVID en México. La relativa fortaleza del peso es resultado de distintos factores entre los que destaca el costo del dinero y poco tiene que ver con el manejo político y/o percepciones favorables respecto al actual gobierno. Independientemente del uso politizado que se le pueda dar a la cotización de nuestra moneda, un tipo de cambio por debajo del equilibrio en los mercados no es siempre favorable y podría venir seguido por un rebote que genere más pérdidas que los beneficios que hubo en su momento. Predecir lo que sucederá con el tipo de cambio es prácticamente imposible y si se toma en cuenta el rango absurdo de los diversos pronósticos de especialistas para el cierre del año, que va de los 18.52 a los 21.20 pesos por dólar.
Lo que no estamos viendo…
Existen varios otros riesgos que podríamos destacar en el 2023 como son los precios de materias primas, en específico los energéticos, la tensión geopolítica entre Rusia y Ucrania, la evolución del mercado laboral y la nueva normalidad, entre otros. Sin embargo, ninguno de estos riesgos es más peligroso que aquellos que no estamos vislumbrando y nos toman por sorpresa como sucedió con el COVID a inicios del 2020, paralizando la economía global como nunca se había visto en la historia reciente y creando pérdidas monetarias que tardaremos años y años en recuperar, sin hablar del impacto que tuvo en las vidas humanas.
Debido a esto y a otros tantos factores, en GVS recomendamos el uso de instrumentos derivados que le permita a las empresas cubrirse antes los riesgos que generan volatilidad en sus resultados. Este tipo de instrumentos han sido injustamente satanizados por malas prácticas que inclusive han llevado a grandes corporativos a la quiebra. El riesgo en México por la fluctuación del tipo de cambio, tasas de interés y/o precios de materia prima es algo con lo que hemos aprendido a vivir y en muchas ocasiones desafortunadamente aceptamos ese riesgo por la falta de conocimiento y/o miedo a utilizar derivados. Sin embargo, no debemos de perder de vista que este tipo de instrumentos nacieron como una alternativa para cubrir riesgos de mercado y que, si son utilizados de forma correcta o somos bien asesorados, nos ayudan a asegurar márgenes operativos. También es cierto que muchas veces estos instrumentos son usados como especulación para ganar dinero cuando creemos que el mercado se dirige hacia cierta tendencia. El secreto está en crear un plan 360°, en donde se establezcan completamente las reglas del juego para obtener los beneficios buscados y evitar sorpresas.
Y por favor, acérquense con algún especialista. Existe la falsa creencia que el manejo de derivados es costoso o únicamente aplica para grandes corporativos. Sin embargo, muchos de los derivados que se manejan en el mercado mexicano no tienen un costo (o este es muy pequeño) y solamente es necesario solventar la garantía o demostrar la capacidad de pago. Además, existen bancos que permiten operar derivados con montos desde los 5mil-10mil USD, por lo que pueden ser utilizados por las PyMes como instrumentos de cobertura. No hay que olvidar que inclusive el riesgo de una pequeña empresa puede ser mucho mayor que el de un gran corporativo si se toma el impacto proporcional.
Jorge Herrera Fernández – Valuation Director